JAVIER J., Diario de Aprendizaje
Módulo 1
Reto del módulo 1
Me gustaría para este reto realizar una reflexión sobre la relativamente reciente (al menos en comparación con los 4 años que tardará en volver a celebrarse el mundial) victoria de la selección española de fútbol en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda.
No siendo un forofo de este deporte y ni siquiera seguidor del mismo, sí que lo puedo considerar de mi interés desde un punto de vista antropológico pues siempre me ha llamado la atención la fascinación que genera sobre la práctica totalidad de los hombres, al menos los de mi generación y anteriores.
Resulta evidente para cualquier persona que esta victoria supone un hito deportivo para España, en un deporte que es seguido y practicado por tanta gente. Es probable que la mayoría de nosotros recuerde dónde estaba y qué hizo el día en el que la selección masculina ganó el mundial hace mas de trece años. Sin embargo creo también evidente que la noticia ha perdido el protagonismo que merecía al verse eclipsada mediáticamente por la infame polémica que todas y todos conocemos.
No queriendo ahondar en dicha polémica, algo que sí me ha llamado mucho la atención y sobre lo que quería reflexionar es un hecho sobre el que, a pesar de las muchas horas dedicadas al tema, no he visto debatir en los medios (al menos aquellos generalistas que yo he visto/leído). No he visto a ningún periodista señalar algo que me parece casi tan grave desde el punto de vista de la igualdad que la propia polémica: ¿cuántas mujeres hay en los órganos directivos de esa federación, con la capacidad de haber cesado a alguien que demostró publica y repetidamente vejar (cuando no abusar) a las mujeres que trabajaban bajo su responsabilidad, y que se aferró a su cargo hasta que quiso?
Compruebo en la página oficial de la Federación que la Asamblea, compuesta por 140 miembros, es el órgano superior de gobierno de la RFEF y que entre sus atribuciones se encuentra la de nombrar y cesar a su presidente. Buscando al respecto, compruebo que sólo 6 de esas 140 personas son mujeres (esto es, un 4%)
Aun siendo la federación una entidad privada (la idoneidad de esto podría ser objeto de otro debate) está declarada de utilidad pública, y a pesar de que no le obligue la LO de 3/2007, de 22 de marzo para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, bajo mi punto de vista esto no hace más que confirmar la necesidad de medidas como dicha ley, y da qué pensar acerca de si no “se queda corta”: ¿debemos como sociedad permitir que una entidad que a pesar de ser privada es evidente que representa al país, que está declarada de utilidad pública, que ha cobrado 47 millones de euros del erario público en los últimos años , mantenga en su órgano directivo un exiguo 4% de presencia de mujeres? Opino que no, que es una vergüenza que así sea. ¿De haber contado este órgano con paridad hubiera permanecido en su cargo durante esas tres interminables semanas una persona cuya actuación pública provoca cuando menos el rechazo de cualquier persona, y que ha sido suficiente para estar encausado penalmente por la fiscalía, y que además ha supuesto una publicidad negativa incalculable (por haber eclipsado una victoria de tal magnitud) a la percepción pública del deporte femenino? Personalmente creo que de haber existido paridad en este órgano no sólo habría sido cesado al momento (recordemos que ni siquiera ha sido cesado sino que ha dimitido) sino que probablemente ni siquiera hubiera estado en ese puesto, teniendo en cuenta escándalos previos.
Sabemos que tradicionalmente este y otros muchos deportes han sido vistos como propios del ámbito masculino,y aunque probablemente la percepción haya cambiado un poco, el hecho de que esta federación esté copada por hombres (a la vista está que hombres con esa visión anacrónica de lo que es y debe ser el deporte) retroalimenta esa imagen e impide que se promocione como debería ser y aplicar una discriminación positiva que consiga erradicar esos viejos estereotipos.
Y con este artículo quería reflexionar sobre la desigualdad de género en el ámbito deportivo y más concretamente en el del fútbol profesional, y como esta desigualdad provoca efectos negativos para toda la sociedad además de aquellos contra las mujeres intrínsecos a la propia desigualdad.