JAVIER J., Diario de Aprendizaje
Módulo 3
Reto del módulo 3
1.- Política pública elegida
Para este reto he decidido elegir una política muy concreta llevada a cabo dentro del municipio donde resido, Madrid: la edición de la Guía para el uso inclusivo del lenguaje en el Ayuntamiento de Madrid y sus organismos autónomos.
Se trata de una guía editada por el Ayuntamiento de Madrid en cumplimiento del I Plan de Igualdad entre Mujeres y Hombres del Ayuntamiento de Madrid y sus Organismos Autónomos, firmado por las Organizaciones sindicales CCOO; UGT; CSIF; CGT; CITAM-UPM; CPPM y CSIT-UP y la entonces alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en 2016. La guía fue editada en 2017.
La propia guía en su introducción hace referencia al contexto social de discriminación de las mujeres, de las particularidades del lenguaje administrativo y del marco de encaje en las políticas autonómicas, nacionales y supranacionales (europeas) donde cada organismo a su nivel reconoce dicha discriminación e intenta impulsar una serie de medidas para intentar reducirla. Cabe destacar la mención expresa a la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, donde se indica que su artículo 14.11 ordena: “La implantación de un lenguaje no sexista en el ámbito administrativo y su fomento en la totalidad de las relaciones sociales, culturales y artísticas”, lo que implica un mandato legal para que se utilice en todas las Administraciones Públicas.
2.- Análisis de la política
La publicación de la guía, enmarcada en el I Plan de Igualdad entre Mujeres y Hombres del Ayuntamiento de Madrid y sus Organismos Autónomos (el cual se encuentra ya en su segunda edición) , supone una de las medidas adoptadas sobre el segundo de los cuatro ejes en los que se estructura el plan (institucional, comunicacional, personal y de las personas).
Aunque el impacto de la publicación de esta guía sea de muy difícil valoración, la considero como un gran paso adelante en el intento de la reducción de la desigualdad entre mujeres y hombres.
Desde el punto de vista de los roles de género, qué duda cabe que la perpetuación de los mismos está intrínsecamente vinculada al lenguaje: recordemos material del curso como el vídeo del módulo 1 de Always, en el que se analizaban los estereotipos peyorativamente femeninos como aquel de “correr como una niña”. Quizá el impacto de la perpetuación de estos roles es menos evidente en el lenguaje administrativo, pero pongamos por ejemplo textos en los que se habla de “los abogados” o “los ciudadanos”: en el ideario colectivo se identifican estos términos con roles masculinos, en el caso de “los abogados” con un perfil profesional cualificado y en el caso de “los ciudadanos” con un sujeto pasivo que goza de una serie de derechos. Para paliar este sesgo (positivo en lo masculino) del ejemplo la guía propone su sustitución por términos genéricos como pueden ser “la abogacía” y “la ciudadanía”.
En cuanto a los recursos económicos, materiales y de otra índole, la política no afecta de una forma directa a la mejora del acceso igualitario a los mismos. Sin embargo pensemos por ejemplo en la cantidad recursos a los que afecta indirectamente: las ayudas y subvenciones que el Ayuntamiento pone a disposición de la ciudadanía y el sistema empresarial. Si la publicación de estas ayudas y subvenciones se realiza en unos términos neutros desde el punto de vista de género (algo que hasta ahora no se ha hecho) cabe pensar que aumente entre las lectoras la sensación de que pueden optar a las ayudas, y que esta sensación provoque un mayor número de solicitudes y consecuentemente más adjudicaciones entre las mujeres.
En cuanto a la representación de las mujeres en este proyecto y considerando al Pleno Municipal como responsable del mismo, cuando se aprobó el plan que lo engloba, el 54% eran mujeres (31 de 57 concejalas/es) incluida la alcaldesa, Manuela Carmena, mientras que durante presente legislatura lo son un 47% (27 de 57) .
3.- Impacto y resultados
Al tratarse de una guía destinada a los trabajadores del Ayuntamiento de Madrid y organismos dependientes, el impacto final (sobre la sociedad madrileña) vendrá condicionado por el impacto intermedio que tenga el documento sobre sus destinatarios iniciales: funcionarios y resto de empleados públicos. Este impacto inicial dependerá tanto de la distribución del documento como del énfasis que se ponga en el cumplimiento de sus recomendaciones (pues el documento tiene carácter potestativo).
El propio Plan de Igualdad determina para cada una de las medidas tomadas (entre las que se encuentra la publicación y difusión de esta guía) los indicadores establecidos para la medición de resultados. Para la difusión de esta guía se establece como indicadores “Acciones de difusión / Tipo y número de canales de difusión utilizados”. He buscado exhaustivamente sin éxito los hipotéticos resultados de la medición de estos indicadores, por lo que imagino que no han sido publicados.
Las personas beneficiarias de estas políticas son las ciudadanas del municipio de Madrid, y los beneficios materiales en cuanto a recursos obtenidos pueden ser indirectos, como se explicó en el segundo punto. Por otra parte y desde un punto de vista menos materialista, es innegable el beneficio social para las mujeres (y por ende para toda la sociedad) que resultan empoderadas frente a la Administración desde el momento en que esta se dirige a la ciudadanía de una forma neutra, sin perpetuar los estereotipos de género que condicionan nuestras relaciones de género.
4.- Punto fuerte y debilidades de la políticas
Aunque la edición de esta guía pueda no suponer un beneficio inmediato y la medición cuantitativa de sus resultados en cuanto a la reducción de la desigualdad de género en nuestra sociedad sea extremadamente difícil, lo que sí que podemos intuir es que es una condición sine qua non para alcanzar dicha igualdad, porque de lo estudiado conocemos que el lenguaje es una de las formas en la que se perpetúan los estereotipos de género. Qué duda cabe de que las Administraciones Públicas deben encabezar dentro de sus posibilidades (que son muchas) la lucha contra la desigualdad. Por tanto vemos necesarias y muy productivas medidas como esta, que no necesitando apenas inversión económica suponen un punto y aparte en uno de los problemas que perpetúan la desigualdad como es el lenguaje sexista.
No se aprecian debilidades a la edición de la guía en sí misma, si bien no podemos decir lo mismo en el plano referente a su distribución (por no contar con las mediciones que oportunamente vienen definidas en el Plan de Igualdad) y sobre todo en el de su aplicación: fueron definidas medidas para la difusión de la guía que entendemos que se han llevado a cabo y no transcendido al público (una consulta de acuerdo con la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno podría asegurar este extremo). Por contra, el Plan de Igualdad no contempla mediciones en cuanto al uso de las recomendaciones de esta guía: creemos que hubiera sido de gran interés la obtención de medidas referentes a la aplicación de los consejos que contiene la guía. Estas mediciones podrían estar basadas en la lectura de muestras de documentos publicados por los organismos dentro del ámbito, analizando si están redactados de acuerdo con las recomendaciones de la guía, y en qué medida. Estos resultados determinarían el grado de eficacia de la guía, suponiendo una información muy importante a la hora de revisar el plan y/o proponer nuevas medidas para el uso inclusivo del lenguaje en esta y otras administraciones.